sábado, 11 de abril de 2009

LA LLUVIA SORPRENDIÓ A LAS PROCESIONES DE LA TARDE DEL VIERNES SANTO

Las procesiones de la tarde del Viernes Santo se vieron afectadas por la lluvia, a pesar de las optimistas previsiones de la jornada. La Soledad de San Jerónimo decidió atrasar casi tres cuartos de hora su salida ante la situación meteorológica. Fue el prolegómeno de lo que iba a suceder. Así en torno a las diez de la noche este fenómeno no deseado para la ocasión, hacía acto de presencia. A esa hora los Favores iban camino de la Catedral y aceleraron refugiarse en la sede arzobispal. Finalmente la abandonaron, al aparecer aconsejados por los responsables de la organización de la Passio Granatensis, con el objetivo de facilitar la logística de esta procesión. De retorno al Realejo de nuevo fueron sorprendidos por la lluvia y aceleraron su encierro. Los Ferroviarios se encontraban de retorno a su templo y allí volvieron aunque de forma apresurada
Los Escolapios estaban iniciando la Carrera Oficial cuando de comenzó a llover y de forma apresurada se dirigieron a la Catedral. Tras dudar sobre qué opción adoptar, finalmente decidieron quedarse allí, decisión en la que se tuvo en cuenta que su crucificado sí participara en la procesión general de este Sábado Santo y probablemente también aconsejados por las autoridades.
No había llegado a la Carrera Oficial la Soledad de San Jerónimo cuando comenzaba a llover. Ya habían acortado su recorrido tras retrasar su salida y en esta ocasión volvieron a alterarlo para refugiarse rápidamente en la Catedral, de donde ya no salieron. Para ello también hubo de considerarse que sus dos pasos sí participarán en la Passio.
Transitaba el Santo Entierro por San Matías en el momento que se inició la lluvia. La Soledad de Mora se refugió en las Carmelitas y la Urna en San Matías. Suspendieron su estación de penitencia y citaron a sus hermanos a las ocho y media para trasladar los pasos a la Catedral. Sin embargo después, y al parecer instados por la Federación, los trasladaron al templo metropolitano, escoltados por el cuerpo litúrgico y los Caballeros del Santo Sepulcro. No les llovió durante este tralado.
Finalmente, la Semana Santa de 2009, tampoco se ha librado de la lluvia.