Un grupo de personas sin identificar, lanzaron extraños panfletos sobre el paso de Jesús del Gran Poder de la Cofradía de la Esperanza a su paso por la calle Elvira. Al principio se confundió con una "petalá", pero luego se descubrió que eran dos tipos de papeles en blanco y negro, uno con una rudimentaria descripción anatómica del cuerpo humano y otro con una extraña reflexión sobre la vida contrarias a los sentimientos religiosos. Este suceso pudo estar relacionado con el hecho de que esta corporación decidió lucir en uno de los varales de su palio un lazo blanco a favor de la vida, con motivo de la nueva Ley del Aborto que podría aprobar en breve en gobierno de España. El incidente no deslució la estación de penitencia de esta corporación, donde la Banda de Cornetas y Tambores del Gran Poder demostró una calidad extraordinaria.
El cortejo más extenso de la jornada lo sacó la Cañilla, donde el efecto producido por la terminación del dorado de su paso de misterio, ofreció una estampa completa de una gran obra de arte tallada por Julián Sánchez. El Viacrucis ofreció una lección de cortejo con sabor antiguo y no faltó el rezo de las catorce estaciones en los últimos momentos de su recorrido en el que se instalaron los tradicionales altares. Y la Lanzada que celebraba los veinticinco primeros años de su historia transitó según lo previsto, encerrando a sus titulares en la Parroquia de San MIguel Arcángel, para facilitar la participación de su misterio en la Passio. Los dos pasos de esta corporación ofrecen un aspecto magnífico, aunque se echa en falta una mayor implicación de sus hermanos para configurar las filas de la procesión. Con todo, la evolución de la Cofradía sigue en una línea ascendente.
La jornada estuvo además marcadas por un frío que fue en aumento conforme avanzó la noche, así como un viento que en determinados momentos impedía que estuvieran prendidas las velas de los penitentes y los pasos.