Este fin de semana ha tomado posesión de su cargo como nuevo Obispo de la Diócesis de Guadix, D. Ginés Ramón García Beltrán, que hace el número 88 del episcopolio accitano, el cual tiene el honor de ser el más antiguo de España. Previamente hubo de recibir el orden episcopal. La ceremonia tuvo lugar, siguiendo la costumbre del lugar, en la Plaza de las Palomas, donde varios miles de fieles asistieron al acto, procedentes no sólo de toda la diócesis de Guadix, sino también de la de Almería, de la cual procedía el nuevo obispo. Los obispos y arzobispos son las autoridades que rigen los destinos de gran parte de nuestras cofradías, por cuanto en la mayoría de los casos se trata de asociaciones que deben ser aprobadas por las respectivas diócesis. Hay cofradías que están ligadas a órdenes religiosas y que por tanto, no están bajo la jurisdicción del ordinario del lugar.
A lo largo de la historia han existido desencuentros entre estas autoridades episcopales y las hermandades, motivadas en muchos casos por un exceso de celo de la autonomía de gobierno de éstas últimas y por determinadas desviaciones. Parece que en los tiempos actuales, esa falta de entendimiento se convierte en algo casi anecdótico. Todos hemos madurado lo suficiente. La cooperación entre los obispos y las cofradías es fructífera, pero puede serlo todavía más. Debemos de romper los recelos que aún emanan de un pasado que debemos conocer, pero que sin duda hemos superado. En esta ceremonia de Guadix estaba por ejemplo el Cardenal Cañizares, que tanto se implicó con nuestra cofradías y que fue por ejemplo el que volvió a abrirles las puertas de la Catedral. También se encontraba el actual Arzobispo de Granada, Monseñor Martínez, que ha impulsado de forma extraordinaria el culto a imágenes como la Aurora, la Amargura y la Esperanza, autorizando sus coronaciones canónicas.
Recordaba yo también a la figura de D. José Méndez, el prelado que más cofradías de penitencia aprobó en la historia de Granada. Méndez, Cañizares y Martínez, son los tres últimos en ocupar la Cátedra de San Cecilio. Ellos son ejemplo de una labor común, cuyos frutos se prolongan en el tiempo.
Recordaba yo también a la figura de D. José Méndez, el prelado que más cofradías de penitencia aprobó en la historia de Granada. Méndez, Cañizares y Martínez, son los tres últimos en ocupar la Cátedra de San Cecilio. Ellos son ejemplo de una labor común, cuyos frutos se prolongan en el tiempo.