La jornada del Viernes de Dolores se está convirtiendo en una de las más cofrades previas a nuestra Semana Santa y prueba de ello era la multitud de actos cofrades que se presentaban en nuestra ciudad.
Uno de los más tradiciones es el besapiés al Señor de los Favores durante toda la tarde en el interior de San Cecilio. A los pies del altar mayor e inclinada se presentaba esta venerada imagen atribuida a Baltasar de Arce, aunque en los últimos años también ha sido atribuido a la figura de Pablo de Rojas; con 6 achones encendidos y una luz tenue sobre su rostro y el de María Santísima de la Misericordia. Conforme avanzaba la tarde además, fueron muchos los hermanos y cofrades que se acercaron hasta este punto alto del Realejo para contemplar esta bella imagen.
A las 9 de la noche y dándose por concluido el besapiés, se inició el Via Crucis con este crucificado por las calles del Realejo, con un cortejo muy completo y nutrido, tal y como nos tiene acostumbrados. Pero si amplio era el cortejo, más amplio era el que formaban todos los devotos tras el Señor de San Cecilio. Como novedad este año, tras el hermanamiento de esta corporación con su homónima de Loja, intervinieron en varios puntos clave los famosos tambores negros. Con un centenar de ellos, recibieron a la imagen con sus peculiares tambores en lugares muy emotivos como la llegada del Señor a Santa Catalina de Siena o su llegada al Campo del Príncipe.
Al término del Vía Crucis se procedió a la subida del Cristo de los Favores a su paso procesional mientras se producía el rezo de las cinco llagas y tras esto, las mujeres de la hermandad portaron sobre sus hombros las andas con la imagen de María Santísima de la Misericordia hasta su capilla, donde de colocaría para ser entronizada en su paso de palio.
El viernes de dolores de esta hermandad del Viernes Santo culminó con la bendición por parte del consiliario de la Hermandad, D. Mario Camacho, del llamador que los costaleros en su XXX Aniversario han regalado a su imagen mariana. En el mismo aparece la inscripción "Tus hermanos costaleros en el xxx aniversario de su primer Viernes Santo" y ha sido realizado en orfebrería plateada con el Ave María y la corona en dorado.
Uno de los más tradiciones es el besapiés al Señor de los Favores durante toda la tarde en el interior de San Cecilio. A los pies del altar mayor e inclinada se presentaba esta venerada imagen atribuida a Baltasar de Arce, aunque en los últimos años también ha sido atribuido a la figura de Pablo de Rojas; con 6 achones encendidos y una luz tenue sobre su rostro y el de María Santísima de la Misericordia. Conforme avanzaba la tarde además, fueron muchos los hermanos y cofrades que se acercaron hasta este punto alto del Realejo para contemplar esta bella imagen.
A las 9 de la noche y dándose por concluido el besapiés, se inició el Via Crucis con este crucificado por las calles del Realejo, con un cortejo muy completo y nutrido, tal y como nos tiene acostumbrados. Pero si amplio era el cortejo, más amplio era el que formaban todos los devotos tras el Señor de San Cecilio. Como novedad este año, tras el hermanamiento de esta corporación con su homónima de Loja, intervinieron en varios puntos clave los famosos tambores negros. Con un centenar de ellos, recibieron a la imagen con sus peculiares tambores en lugares muy emotivos como la llegada del Señor a Santa Catalina de Siena o su llegada al Campo del Príncipe.
Al término del Vía Crucis se procedió a la subida del Cristo de los Favores a su paso procesional mientras se producía el rezo de las cinco llagas y tras esto, las mujeres de la hermandad portaron sobre sus hombros las andas con la imagen de María Santísima de la Misericordia hasta su capilla, donde de colocaría para ser entronizada en su paso de palio.
El viernes de dolores de esta hermandad del Viernes Santo culminó con la bendición por parte del consiliario de la Hermandad, D. Mario Camacho, del llamador que los costaleros en su XXX Aniversario han regalado a su imagen mariana. En el mismo aparece la inscripción "Tus hermanos costaleros en el xxx aniversario de su primer Viernes Santo" y ha sido realizado en orfebrería plateada con el Ave María y la corona en dorado.