Este primer lunes de la Cuaresma la Iglesia celebra, como cada 22 de febrero, la Fiesta de la Cátedra de San Pedro, conmemoración de una antigüedad similar a este tiempo litúrgico en el que nos encontramos inmersos. La figura del Papa es el centro por tanto de esta jornada. "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no de la derrotará". Esto leemos en el Evangelio de este día que corresponde al capítulo dieciséis de los de San Mateo. A lo largo de la historia ha habido papas de diversos signos, pero es indudable que en los últimos tiempos, quienes han ocupado la Cátedra de San Pedro son personajes de una talla moral, intelectual y humana valiosísima. La cofradías no se sienten ajenas a la figura del Santo Padre y no deben olvidar que son parte de la Iglesia universal que él gobierna. Nuestra hermandades no son comunidades aisladas, antes al contrario, forman parte del cuerpo de catolicismo. Así deben sentirse, como parte de esa Iglesia universal. Muchas de ellas incluso acentúan su filiación con el Papa, luciendo el título de pontificias, por tener como hermano mayor honorario a esta figura de la Iglesia y por ello lucen la bandera del estado Vaticano en sus comitivas. Son símbolos externos que adquieren su significado más importante, cuando se traducen en una comunión especial con el Obispo de Roma.